sábado, 28 de mayo de 2016


El talento no son solo conocimientos o destrezas, es la suma de varias competencias como son la experiencia, la creatividad, la motivación, los intereses, la vocación, las habilidades y hasta la salud. Es difícil encontrar personas con talento y si después de buscar y captar personal cualificado y con talento lo dejamos marchar es un grave error que debemos evitar.
Los Responsables de Recursos Humanos deben tener como prioridad no solo atraer y contratar a talentos para la empresa si no también mantenerles motivados, que estén comprometidos y sean leales a la organización para la que trabajan.
David Russo, con su larga experiencia como consultor en diversas empresas de renombre y proyección internacional, anotó “17 reglas de atracción y retención del talento”, estas son:

1.    Comprender por qué los empleados vienen y por qué se quedan.
2. Hacer que la relación con los empleados sea un juego sin perdedores y permitirles desarrollar todo su potencial para ellos mismos y la empresa.
3.    Cultivar el liderazgo, no la gestión, y ver la diferencia.
4.    Proporcionar recursos amplios y apropiados.
5.    Exigir la contribución.
6.    Aplaudir el esfuerzo, recompensar la contribución.
7.    Animar.
8.    Crear un ambiente de trabajo basado en el respeto.
9.    Cultivar la confianza.
10.  Dejar espacio para la diversión.
11.  Alinear a los empleados con las metas, los valores y la misión de la empresa.
12.  Comprender el capital humano.
13.  Tratar a los empleados como voluntarios.
14.  Conocer la cultura.
15.  Comprender el cambio.
16.  Cultivar la ética.
17.  Decir la verdad.

Estas reglas son sin duda factores claves que nos ayudan a mimar y cuidar a las personas con talento en la empresa. Ahora los quiero trasladar a mi opinión sobre los posibles métodos o herramientas que si no se dan raramente podemos retener a las personas de valía en nuestras empresas.

 7 tácticas de retención del talento
1. Buena reputación de la organización: crear una marca fundacional que destaque por su buena reputación como empleadora.
2. Crear una cultura de confianza: que incida sobre un ambiente cordial y el comportamiento leal de nuestros empleados.
3. Conciliar la vida laboral y familiar: dando mayor flexibilidad horario, guarderías para los hijos y home office
4. Favorecer la comunicación: que se tengan en cuenta las ideas, opiniones y sugerencias.
5. Facilitar el aprendizaje y dar posibilidades reales de promoción y carrera profesional.
6. Incentivar de forma justa, equitativa y personalizada: teniendo en cuenta que los empleados tienen diferentes necesidades y preferencias.

7. Fomentar el buen clima laboral: impulsando la afectividad entre los empleados, la seguridad, la lealtad y la confianza hacía la organización. El tener un buen ambiente sin duda mejora el desempeño del trabajo y disminuye las situaciones de estrés

jueves, 19 de mayo de 2016

El Principio de Peter




El principio de Peter o también conocido como el principio de incompetencia, se refiere que a las personas que realizan su trabajo de manera adecuada, normalmente son promocionadas a puesto de mayor responsabilidad al punto que llegan a un puesto en el que no pueden ni formular los objetivos de un trabajo y logran alcanzar su máximo nivel de incompetencia.

“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: La nata sube hasta cortarse.”

·        Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.
·        El trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia

El principio de Peter fue deducido del análisis de cientos de casos de incompetencia en las organizaciones y da explicación a los casos de acumulación de personal, según el cual el incremento de personal se hace para poner remedio a la incompetencia de los superiores jerárquicos y tiene como finalidad última mejorar la eficiencia de la organización, hasta que el proceso de ascenso eleve a los recién llegados a sus niveles de incompetencia.

Este principio es tan cierto como destructivo dentro de la propia organización empresarial y por extensión, dentro de cualquier estructura social dominada por personas.

El desarrollo de promoción interna o la adecuación del perfil del trabajador va íntimamente vinculado con el grado de incompetencia que todos nosotros tenemos. En pocas palabras ¿Dónde está nuestro límite? ¿Dónde tenemos el nivel máximo de eficacia?

La capacidad humana es limitada y las principales técnicas de motivación y desarrollo profesional están ligadas al ascenso dentro de la organización empresarial. Por un lado, tenemos las ambiciones propias de cada persona, en donde prosperar y ocupar mejores puestos dentro de la estructura empresarial es más beneficioso para nosotros.
Pero por otro lado, siempre vamos a tener una posición limitante dentro de nuestra capacidad que nos va medir seguir desarrollando nuestras habilidades, capacidad de gestión o asumir responsabilidades.
Si extrapolamos este principio al autónomo, podemos relacionar el principio de Peter con el propio volumen de su empresa. Muchas personas se ven desbordadas para gestionar empresas a partir de un determinado volumen. Por ejemplo, autónomos cuya cifra de negocio exceda de unos límites o tengan a su cargo más de un número determinado de trabajadores.
Cuando el principio de Peter se manifiesta en el máximo responsable de una empresa ocurren desastres como los que estamos viendo en la actualidad. Se difuminan las asunciones previas de riesgo, se pierde la consciencia de la dimensión real y capacidad de desarrollo de nuestra empresa y entramos en una espiral descendente que aboca nuestra empresa al fracaso.
¿Cómo se vence al principio de Peter? Sólo conozco una forma para el caso de autónomos y pymes. La fórmula para superarlo pasa por la integración de nuestra empresa en estructuras más complejas en donde se produzca una redistribución de la responsabilidad entre el resto de miembros que integren la dirección de la nueva empresa que nace.

Este paso de fusión empresarial, rara vez se lleva a cabo en la pyme y es una más que probable explicación de la poca trayectoria temporal que tienen muchas pymes en nuestro tejido empresarial.

viernes, 6 de mayo de 2016

Motivación y Retención




El mundo empresarial en los últimos años ha sufrido golpes importantes y se ha visto obligado a someterse a profundos cambios y revisiones. En realidad, esto ha venido sucediendo por etapas desde hace décadas, muchos lo sabemos y yo lo he vivido en carne propia, sin embargo, cada vez, cada crisis, cada ciclo, los avances tecnológicos y la investigación en recursos humanos y organización, van arrojando distintas luces sobre la materia del desarrollo en las empresas y la competitividad.
Hay que estar al día, sí. Pero también hace falta que los empresarios nos demos cuenta que no sólo tenemos clientes hacia fuera a los que tenemos que atraer, sino que al interior de nuestras empresas existe un grupo valioso de clientes que son nuestros empleados, y más nos vale comprenderlos como tales, puesto que son ellos quienes nos permiten establecer, impulsar, mantener y posicionar a nuestras organizaciones en distintos lugares. Si no mantenemos su puesto atractivo para ellos, ¡ojalá que algún competidor externo no los encuentre atractivos a ellos!
Los llamamos clientes, en el sentido de que a ellos es a quienes les vendemos la empresa a diario, constantemente, tenemos la responsabilidad de incorporar en sus creencias la idea, la certeza, de que trabajan en un lugar en donde se toman en cuenta y alta estima tanto sus habilidades y competencias como sus necesidades.

Los profesionales de hoy ya no se quedan en un sitio sólo por un “buen sueldo”, consideran también la posibilidad de crecer como profesionistas y como personas en ese lugar donde trabajan. No queremos decir con esto que toda la responsabilidad se encuentra únicamente en la empresa, en lo que da o no da; el empleado debería comprometerse también a potencializar los recursos que se le brinden en su puesto de trabajo, así como sus competencias personales.

Pero… ¿cómo? ¿Se puede esperar que los empleados sepan o puedan hacer esto por sí mismos? En breve volveremos a tocar este punto clave. Primero, es conveniente observar algunas razones de peso por las que resulta vital contar en nuestras empresas con estrategias de motivación y retención para el cliente más importante, el empleado.



Costos – Resulta muy caro para el empresario, cualquiera que sea el tamaño de su organización, la constante rotación del personal.

Clima – Mantener un clima organizacional conveniente es algo que deviene en la sustentabilidad de las empresas, promueve la eficacia y la rentabilidad; si hay constantes cambios de personal, no se puede generar un clima altamente productivo.

Imagen – Proyectar, externa e internamente, la idea de que se trata de una compañía estable, que genera productos y servicios de primera, garantizados por personas con competencias probadas y actualizadas a través del tiempo; personas comprometidas, que han trabajado en la misma organización por años, cumpliendo siempre con elevados estándares de calidad.

Progreso – Siempre planteado en dos vertientes: Progreso de la organización en el nicho en el que compita y progreso del empleado en su escalón pertinente dentro de la jerarquía organizacional. Buscando con ello, a nivel personal: el sentir que el esfuerzo propio tiene un peso en el desarrollo y la consecución de los objetivos corporativos, que significaría también el reconocimiento y la obtención de recompensas justas; y a nivel grupal: el lograr un apoyo contundente y eficiente al progreso de la empresa. Compartir la meta la vuelve más fácil de alcanzar. Además, varios estudios han demostrado que un factor tan mental como puede ser ‘la anticipación de metas futuras’ resulta decisivo en la evaluación del nivel de esfuerzo y de las reacciones de comportamiento.

Viendo así las cosas, resulta más transparente la importancia de avocarse a la tarea de determinar cuáles son las estrategias de motivación y retención que nuestra organización necesita.
Un ejercicio útil y básico puede ser el pedir al equipo elaborar un plan de vida y carrera bien estructurado y desarrollado a corto, mediano y largo plazo. La confianza puede despertar el compromiso, y posiblemente revele algún motivo esencial para querer permanecer dentro de una organización. Uno nunca sabe de dónde puede nacer la lealtad, y tampoco se puede saber qué guarda la mente de un cliente interno si no se hace el esfuerzo de conocerlo.

¿Qué esperan? ¿Qué los frena? Deberías saberlo, es información importante sobremanera.

Un jefe que retroalimente con una comunicación directa, clara y abierta, puede generar en los empleados certidumbre; ello mejorará, indudablemente, el desempeño en todos los departamentos que conformen la empresa. Lo repito para que quede bien claro, es muy necesario el dar retroalimentación (feedback) de forma precisa y oportuna: A nadie le gusta permanecer a oscuras con respecto a su propio desempeño. De hecho, un juicio de rendimiento negativo es preferible a ninguno. En esta situación, una persona sabrá lo que debe hacer para mejorar. La falta de retroalimentación, por el contrario, suele producir en el empleado una frustración que a menudo se vuelve angustia o descontento y tendrá un efecto negativo en su rendimiento.

La motivación es el motor que inicia, dirige y mantiene en marcha la conducta humana. Usualmente se divide en dos grandes categorías: motivación intrínseca y motivación extrínseca. La primera abarca todos aquellos impulsos de naturaleza interna que propician un comportamiento. Las personas intrínsecamente motivadas realizan actividades por convicción o por el puro placer de hacerlas. Es algo espontáneo. En la segunda categoría, en cambio, existe necesariamente algún estímulo que funciona como impulso y combustible para la acción o conducta. Las personas intrínsecamente motivadas actúan para conseguir motivadores intrínsecos tales como dinero, elogios o reconocimiento social.

Se ha observado una de las raíces de la motivación intrínseca en una adecuación equilibrada entre la competencia del individuo y el reto implicado en la tarea. Cuando los retos superan las competencias individuales se genera un estado de ansiedad por exceso de dificultad. Si, por el contrario, las habilidades superan con creces los retos, el individuo se mostrará aburrido y, por ende, poco motivado. ¿Conoces bien a la gente que trabaja contigo? ¿Les pides más de lo que pueden hacer? ¿Menos? Existe un sinfín de ejemplos y testimonios que permiten entender que los empleados valoran profundamente los trabajos en los que encuentran retos y capacitación constante; esta puede darse –desde luego– en distintos niveles, desde capacitación propedéutica, operativa, técnica, etc. hasta el apoyo para cursar maestrías o especialidades.


La motivación intrínseca empuja al individuo a querer superar los retos del entorno, y los logros de adquisición de dominio de su área, hacen que la persona sea más capaz de adaptarse a los retos y mantenga altas la autoestima, su imagen propia de auto-eficacia y auto-capacidad y una curiosidad sana y viva que le permita avanzar en su desarrollo profesional al ritmo de la exigencia de los tiempos modernos. Si le ofreces a un cliente especial estas posibilidades, créeme, no se irá. Y seguramente encontrarás una respuesta de compromiso, lealtad y resultados.

miércoles, 4 de mayo de 2016

Great Place To Work

Great Place to Work

Para cualquier organización resulta necesario conocer que beneficios se obtienen al emprender un trabajo enfocado en su personal. Por ello, contar con referencias de resultados positivos en beneficios tangibles y cuantificables para la organización, ayuda a obtener resultados positivos de negocio y permite replicarlos.

Beneficios:

·        Ambientes mucho más abiertos o de confianza que fomentan la colaboración entre los compañero de trabajo, lo cual genera un mejor trabajo en equipo.
·        Mayor innovación que repercute en los productos y servicios.
·        Incremento en los niveles de satisfacción de atención al cliente.
·        Índices de rotación menores que el promedio de la industria.
·        Imagen positiva de la empresa.
·        Atraen a los mejores talentos del mercado.
·        Mayor productividad y rentabilidad.
·        Muchas de las organizaciones que trabajan en éste proceso de mejora consiguen resultados sorprendentes generando enormes ventajas competitivas y fundamentalmente construyendo empresas saludables y sustentables.

Si eres una pequeña empresa buscando construir un Gran Lugar para Trabajar e incrementar el compromiso de tus empleados, aquí van algunos consejos que pueden ejercer de palanca para conseguir que el tamaño sea una ventaja:

Ten una política de puertas abiertas. Siempre abiertas todo el día. Algunas Compañias tienen  a sus altos directivos sentados en cubículos con el resto de los empleados, lo que les obliga a interactuar con ellos durante toda la jornada.

Proporcionar el beneficio es lo que importa. Un elegante centro de salud puede no encajar en tu presupuesto pero subvencionar una parte de la entrada de un gimnasio, construir una cancha de baloncesto al aire libre puede tener un impacto aun mayor- apoyando el bienestar, fomentando el compañerismo proporcionando un beneficio especial dentro de sus posibilidades.

Organiza visitas por los diferentes centros. Los empleados de la central no deben ser los únicos que estén en contacto con los grandes Lideres.

Escucha. Proveer de diferentes canales abiertos para que los empleados puedan expresar libremente sus opiniones, ideas y preocupaciones con los directivos y recibir una adecuada respuesta a los mismos.

Celebra los logros. Dedicas tiempo a agradecer y felicitar individualmente o a los equipo por un trabajo bien realizado. No subestimes el valor que un simple gracias o reconocimiento público puede tener en el compromiso de tus empleados.


Conectar a los empleados con un bien superior. Cuando los empleados sienten que el significado de su trabajo va más allá de los resultados, sienten que tiene un propósito. El significado o propósito no tiene precio y además no cuesta nada (en dinero) el fomentarlo.